ICP (Instituto de las Comunicaciones de Portugal)
Porto
1993 - 1995
La relación orgánica entre edificio y terreno es esencialmente diseñada por su modo de apropiación recíproco. Y también por la forma como en el interior del edificio se relee el compromiso con el jardín envolvente, a través de la ordenación del programa – en la vertical, dibujando la ligación al suelo (sótano), construyendo el volumen de elevación (áreas de trabajo /servicios) y definiendo su remate superior (cubierta practicable); en la horizontal, estableciendo una jerarquía de espacios que busca la mejor exposición solar de las áreas de trabajo y su relación visual con el exterior.
Tal ordenamiento, se manifiesta en la configuración del volumen, no niega sino refuerza, el carácter unitario de su concepción. Las fachadas exteriores son también las fachadas interiores – la fina membrana metálica que las construye y separa es simultáneamente el elemento que diseña su continuidad. La memoria del exterior está así presente en el interior cuando se recorren los accesos verticales y los corredores que conducen a las salas – donde el ciclo se cierra, en el regreso visual al jardín.
La escala del edificio sobrepasa el significado de su estricta dimensión física.
