PER Viviendas de Promocción Social - Rua da Bajouca
Gemunde
1997-2001
El terreno donde se localiza este conjunto habitacional está en un territorio predominantemente rural salpicado por aglomerados urbanos y donde todavía subsisten vastas áreas de explotación agrícola. Es el lugar en el que la montaña vence a la planicie, exactamente el último sitio donde la construcción todavía es posible.
En este contexto el proyecto deberá ser capaz, en su conjunto, de definir un sistema de relaciones que, no omitiendo la verdadera dimensión del conjunto, sea capaz de atenuar su presencia, controlando la escala en la articulación que quiere mantener con el territorio y con el paisaje.
Es por eso que los edificios de habitación se implantan en línea, en el sentido longitudinal del terreno, sustituyendo una de la terrazas, buscando de ese modo, no solo no alterar las características de la topografía existente sino también explorar una multiplicidad de puntos de vista sobre el paisaje a partir de los recorridos de aproximación que se quieren establecer.
La asociación de los patios de acceso a los garajes al volumen de los edificios, para además de garantizar la separación entre lo público y lo privado, ya que el espacio exterior contiguo se destina a un parque público abierto, resulta en un conjunto de plataformas que permite resolver la unión de estos con el suelo al fijar y articular desniveles, también como forma de dividirlo y de relacionar los dos lados más extensos. Se trata al final de utilizar el volumen de los edificios como si fuese un grosor que permite separar y simultáneamente relacionar ese gran espacio público con otro, localizado en el lado opuesto, el norte, también de uso colectivo pero directamente relacionado con el habitar.
Se explora de este modo el movimiento proporcionado por la linealidad de los extensos recorridos de aproximación a los edificios en contraposición con la sinuosidad de los caminos existentes, en una búsqueda de identidad entre aquellos y estos, mientras que la posibilidad de afirmación de una continuidad entre los diferentes tiempos que construyen el territorio.
Se pretende pues que el proyecto, independientemente de su valía funcional y estética, se traduzca en un gesto de urbanidad que sea coherente en su forma de relacionarse con el territorio y se constituya en un simple, pero verdadero, soporte de vida de las personas. Solo así podrá aspirar a tener un lugar en ese territorio.
